domingo, 19 de julio de 2009

GARÚA DE FRUSTRACIONES

Este Sábado se presentaba con un cielo que era toda una gran plomada. Las condiciones de contínuo soplo desde el SSO y rotación al S con velocidades de 6 nudos fueron una tentación enorme para dar con los pejerreyes porteños. Así, evadiendo compromisos intelectuales, salí 7:.45 rumbo a Ciudad Universitaria. La intención obligada era no pasarse más allá del mediodía, para un almuerzo tardío en familia. A 10 minutos de iniciado el viaje comenzó a llover sobre la estación de Haedo. Por un segundo pasó por mi cabeza volver, pero las condiciones que iba tener en el río me obligaban a visitarlo. Al llegar a la Costanera Norte di un rápido vistazo a todo el paredón y había sólo 9 contados valientes que se atrevieron a dejar las frazadas. El río parecía un estanque, el viento ni se sentía y al rato de llegar, la lluvia se redujo a amenaza.
Con respecto al pique, negadísimo en los tres estratos del perfil: nada en superficie, inactivo a media agua y muerto a fondo. Los pejerreyes no estaban, o si lo hacían, lo disimulaban muy bien.. A media mañana una nutrida bandada de gaviotas recorría excitada la costa, a unos 70 metros. Se tiraban en picada y a flor de agua juntaban “cornalitos”. Faltaban juncales y tipos que caminen siguiendo derivas de puntero para sentirse en el Paraná Guazú. La línea que utilizaba no era apta para esta pesca y en ese momento sentí la falta de unas boyitas de 8mm, anzuelitos nº8 y larva de mosca.
Es notoria la merma de capturas desde la costa en casi todos los ámbitos acuáticos. Resulta increíble desde las playas más ajetreadas del Partido de La Costa y la Costanera Norte no es la excepción a esta regla. Ahora, ésto se confirma fracasando en una condición de manual, es decir, cuando los resultados no acompañan a la lógica.
Mientras el río se viste de embarcaciones, los pescadores costeros nos preguntamos… ¿Quedará algo para nosotros?