domingo, 12 de abril de 2009

EL PESCADOR MEDIOCRE

La medianía en nuestra sociedad actual se encuentra ampliamente dispersa por todas partes: La televisión de aire es una clara muestra de la chatura en la que nos desenvolvemos a diario y todo sigue un sendero en donde parece que el piso es muy frágil y aún se puede caer más abajo. La mediocridad parece habernos invadido en dosis homeopáticas para ahora manifestarse a sus anchas, trascendiendo edades, géneros, profesiones y clases sociales. Cuando hablo de mediocridad, no la confundo con ignorancia, sino que la idea de la primera reviste plena conciencia de lo que se hace, conociendo sus alcances y justificándolos en cada acto. Por ejemplo, aquel aficionado que en una excursión que partirá 40 Km. mar adentro lleve sólo boyas para el pejerrey no es un pescador mediocre, sino un pescador ignorante. Pero aquel que, compartiendo el mismo barco del anterior y plenamente consciente lleva una caña larga, la manipula como si estuviese solo y no recoge su línea cuando algún otro aficionado necesita espacio para maniobrar alguna pieza dificultosa, es un pescador mediocre. Nombraremos algunos puntos que hacen a un Pescador Mediocre:

1) CIGARRILLO MEDIOCRE

Donde quiera que vaya a pescar, veo en muchísimos aficionados que el índice y el mayor libre portan un cilindro humeante. El verdadero Pescador Deportivo –no hablo del “Sacador por Deporte”– es aquel que pacta en silencio el respeto por la naturaleza y por la vida. Es toda una contradicción, un serio dilema valorar vidas ajenas y distantes –tarariras, pejerreyes, truchas, dorados, pacúes, etcétera– menospreciando la propia y las cercanas –no me quedo en los fumadores pasivos, sino en el egoísmo del fumador que decide hacer sufrir en carne a los familiares, tristes testigos de su decrepitud–.
No es posible disfrutar de una opresión ni de una dependencia tan desigual si uno resigna tantas cosas maravillosas en el camino.

2) CAMPANITA MEDIOCRE

Si uno cerrara los ojos en cualquier ámbito de pesca, logrando abstraerse por un momento, sentiría que Diciembre llegó a sus oídos y que al volver en sí Papá Noel sacaría de su bolsa ese doradazo de 20 kilos que se contorsiona en plena asfixia. Pero no amigos… las campanas sin tiempo se han vuelto un tumor en nuestra Pesca Deportiva y no distinguen factor común a situaciones y personajes que la utilizan. Es necesario considerar que no deja de ser una herramienta útil, pero usada en tiempo y forma: Si la pesca se da en una honda penumbra en donde la caña desaparece en el mismo aire de la noche, es justificable su utilización. Pero el bendito cascabelito adosado a la caña –hay gente que tira su caña con auspicio de este dulce solo– no hace más que mal-adiestrarnos a un estímulo auditivo que no distingue de piques, olas ni energúmenos que traccionan sobre nuestra tanza.

3) CRIMEN MEDIOCRE

El actual “Catch & Release” –“Pesca y Devolución”, puro snobismo en ciertos estratos vacíos– tiene su antecesor lejano en el famoso “lo que se mata, se come”. Quien esté libre de culpa y cargo, que arroje la primera plomada; todos hemos matado peces con mayor o menor conciencia en algún momento de nuestro desarrollo como pescadores. Debemos enmarcarnos en ambas frases, según corresponda en el ámbito que pesquemos y según cómo respondan en cada uno de nosotros los preceptos éticos. Por eso, hay que repudiar aquellas pescas que suelen estacionar en bolsas y baldes y que se sabe que no verán el plato de una mesa sino el olvido a drede de sus captores.
También es triste que los peces, para contentar a los más pequeños, ofrezcan su lenta agonía en un nado contenido en un recipiente ocasional. Es reconfortante la sonrisa de un nene que se convence de que devuelve la pieza para que el año que viene ésta se deje pescar más grandota y, en paralelo, ve cómo libera un “Nemo” al mismo tiempo que éste se pierde debajo del agua con fuerza, recuperado y vital.

4) AUTISMO MEDIOCRE

La Pesca Deportiva, además de ser un activo bálsamo personal, debe leerse como actividad social y, básicamente, como punto de contacto entre seres humanos. Hay muchas cosas enmarañadas; una es el cuidado de los modos para pilotear alguna situación desagradable, encarándola desde la cordialidad y el buen humor. El hecho de mostrarse solidario, ofreciendo y ofreciéndose como solución a inconvenientes ajenos y lo que debería volar permanentemente, el don de gente: Por ejemplo, ir temprano a un muelle de la Costa Atlántica y saludar a los pocos desconocidos, vecinos inmediatos del refugio en donde uno va a plantar bandera, debe ser una obligación para el recién llegado. Obligación entendida no desde el tedio de una orden sin sentido, sino desde una ruptura de hielo para hacer más amena la jornada de pesca. Las amistades fortuitas que sabe regalarnos la Pesca, pueden depararnos relaciones de crecimiento y complemento.

5) MACHISMO MEDIOCRE

Ya se han derogado los tiempos occidentales en donde la mujer era exhibida como trofeo y los únicos paseos que se dignaba a hacer eran Cocina-Living escala pasillo sucio. El equilibrio de géneros está latente en las sociedades evolucionadas y debemos desde la Pesca Deportiva apropiarnos de esa idea. Aquel pescador que realiza una excursión familiar y no intenta –digo intento porque es lo valioso y no todos tienen despierta la chispa docente– que sus mujeres se arrimen al anzuelo por mero prejuicio, es un mediocre. Muchos creen que son calles completamente paralelas, pero nuestro esfuerzo por hacerlas intersecciones, puede deparar verdaderas satisfacciones.
Otro punto es el siguiente: Basta de aquellos pescadores que se pierden durante un fin de semana o tan sólo un par de horas y, al regreso, les dejan a sus mujeres un tendal de pescados para limpiar. Macho: Llegás, te bañás, descansás y afilás el cuchillo para filetear y/o eviscerar. Claro, después borrás todo rastro sangriento de la carnicería para que ella –con justa razón– no proteste.

6) OCULTEZ MEDIOCRE

Hay un tipo de pescador que ante alguna pregunta sobre sus técnicas contesta con evasivas, parcialmente, falta a la verdad o directamente no contesta. El conocimiento debe ser extendido para que cada uno tome la porción que le interese, salpimente a gusto y lo aplique para sus propios beneficios. Este tipo de mezquindades es una de las más deplorables miserias humanas, ya que sería deseable que siempre el estudiante supere al maestro en pos del avance común.



7) MENTIRA MEDIOCRE

Punto neurálgico del prejuicio de nuestra actividad: Si se le pregunta a cualquier persona que asocie un adjetivo calificativo con el Pescador, no cabe duda que la respuesta es “mentiroso”. La mentira puede aparecer por acción u omisión; el test de la mediocridad da positivo tanto en aquel que envuelve con un discurso falso, así como aquel que manipula a la tecnología para alterar un resultado natural. Por esto mismo, las peleas sanguíneas con ejemplares mitológicos, las travesías que sepan humillar al propio Ulises y la fabulación con tallas infladas debe ser un pecado de juventud, con prescripción absoluta en el avance de la senda del Pescador Deportivo adulto y profesional.